El carácter internacional de los negocios potenció la
necesidad de dotar de seguridad jurídica a las transacciones comerciales,
determinando la adopción de “reglas uniformes” tanto en la interpretación como
en la aplicación del derecho.
De esta manera, se generaron en el ámbito internacional
una serie de principios como la identidad, igualdad, reciprocidad y la
cooperación que se fueron plasmando en diferentes convenciones internacionales;
dando origen a un “orden internacional del comercio”. En este orden de ideas,
los diversos tratados, acuerdos, convenciones, leyes uniformes referentes a
distintos aspectos del comercio global, establecieron y establecen aún hoy, un
marco jurídico normativo del mismo.
La OMC recoge aspectos de la evolución del comercio
internacional, la cual ya ha sobrepasado las etapas de intercambio de
mercancías y la preocupación por lograr un mayor y más libre acceso a los
mercados para entrar en otras etapas de intercambios de servicios, y se
caracteriza por iniciar la regulación de aspectos de la presencia en los
mercados que corresponden a una economía globalizada.